Implicancias medioambientales del aumento del tráfico y los efectos del coronavirus
Circular a gran velocidad es uno de los elementos que más influencia tienen en el consumo de combustible. Para ahorrar tres minutos en un recorrido urbano de 10 Kilómetros, se puede consumir más de un 50% de combustible.
Una velocidad prudente y uniforme en la conducción, evitando variaciones bruscas de velocidad reduce considerablemente el consumo. Otros factores que influyen el aumento del consumo son circular con las ventanas abiertas, transportar objetos, conectar el aire acondicionado, etc. Una buena alternativa a la dependencia del petróleo son los vehículos eléctricos. Se estima que en los próximos años aumentará considerablemente su producción.
Los combustibles utilizados hasta hace unos años eran únicamente la gasolina. El alto precio de los derivados del petróleo y la contaminación han hecho que los conductores, y la industria automovilística, hayan dirigido su mirada hacia vehículos con motores alternativos menos contaminantes. Está demostrado que, en las ciudades con niveles elevados de contaminación atmosférica, sus habitantes padecen más enfermedades cardiacas, problemas respiratorios y cánceres de pulmón.
Se debe reconocer que el ahorro de energía es el gran reto de la industria automovilística actual y sus principales recursos están destinados a fabricar vehículos cada vez más ecológicos y económicos. Así, hoy en día casi todos disponen de catalizadores con filtros o modelos que desconectan cilindros cuando no son necesarios. Un objetivo interesante será conseguir vehículos de emisión contaminante cero, utilizando como fuente de energía algunas alternativas al petróleo, como el hidrógeno, con los cuales el motor no realiza ninguna combustión. El problema para lanzarlos al mercado es sólo económico, pues el hidrógeno es bastantes más caros de adquirir y además las últimas presentan algunos problemas técnicos
No obstante, con los vehículos que tenemos, podemos dar una serie de recomendaciones para ahorrar combustible. Algunos de estos consejos son, principalmente, arrancar el motor sin pisar el acelerador o apagar el motor en paradas prolongadas. De igual forma el no cargar el vehículo en exceso o acelerar un motor que está frío lo desgasta mucho y consume mucho combustible.
Conducir con las ventanas abiertas aumenta el consumo de combustible, optar por los motores Diesel, pues reducen el consumo de combustible en un 10%. Pero si es posible, comprarse un vehículo eléctrico, contaminan mucho menos.
La renovación del parque automovilístico también es un punto importante, ya que, se estima que un vehículo nuevo contamina un 95% menos que los fabricados hace 20 años atrás.
Otra de las grandes iniciativas es la utilización el transporte público siempre que podamos en nuestros desplazamientos, muchas veces resulta mucho más cómodo, práctico e incluso rápido que utilizar nuestro vehículo particular.
En Chile y en el mundo, la mayor caída en las cantidades de contaminantes proviene de la disminución del transporte terrestre. Hasta marzo de 2020 estos gases habían bajado un 50% respecto al mismo período de 2019, esto es, producto de los efectos colaterales de la pandemia en Chile. La contaminación se redujo entre un 20-30% según diversos estudios por las medidas tomadas para evitar el coronavirus y la aplicación de cuarentenas dinámicas en algunas partes de Santiago.
A estas alturas del año, la ciudad de Santiago siempre registra episodios de contaminación, que en Chile se produce en las ciudades más pobladas debido a los efectos contaminantes del tráfico, industriales, en el sur el uso de leña como combustible y, también, a los geográficos, que favorecen el fenómeno conocido como “inversión térmica”.
La pandemia del coronavirus paradójicamente ha generado un respiro al planeta. La parálisis industrial en todos los países del mundo, la reducción del número y la frecuencia de vuelos entre distintos destinos, el tráfico vehicular interno y el encierro obligado en el que se encuentran miles de personas en varias ciudades del mundo, han permitido que se reduzca el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque el alivio será momentáneo y no resolverá de fondo la crisis climática existente, tal y como lo indicó Las Naciones Unidas (ONU), lo cierto es que el coronavirus sí le ha dejado buenas noticias al medioambiente.
Se registra una drástica reducción de la contaminación y del efecto invernadero en varias zonas del mundo. Pero este respiro podría ser sólo un corto paréntesis si no hay una toma de consciencia mundial.
Gabriela Parra - Abogado Asesor
