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CEA solicita cambios profundos en la implementación del impuesto a los combustibles

Los precios de las bencinas en el último tiempo han subido a precios exorbitantes, razón por la que ha despertado nuevamente el debate sobre el alto precio de éstas, en especial en relación al impuesto específico.

Impuesto a los combustiblesEs importante destacar que la gasolina que ocupan los vehículos, se encuentra gravada con IVA y además por un impuesto específico que en el caso de la gasolina automotriz es de 6 UTM por metro cúbico y en el caso del diésel es de 1.5 UTM por metro cúbico.

Este impuesto nació en el año 1985 para gravar a todos aquellos vehículos por el daño generado en el deterioro de los caminos y su objetivo era que la recaudación fuera para financiar la reconstrucción de vías y carreteras, como también para su mejoramiento y mantención. Sin embargo, en la actualidad, casi en su totalidad las carreteras y autopistas están concesionadas y por ende esa responsabilidad recae en privados.

Muchos hablan que éste es un impuesto verde y que ayuda a no aumentar la contaminación, sin embargo el hecho que el diésel, que es aún más contaminante que la gasolina tenga un impuesto muy inferior y peor aún, que grandes vehículos, camiones y maquinaria pesada que consumen grandes cantidades de combustible con una baja eficiencia no paguen este impuesto, siendo que contaminan más que miles de vehículos que circulan por las calles, no tiene sentido.

De hecho, el diésel no sólo contamina más que la gasolina, sino que sus consecuencias para la salud son mayores. Los motores diésel multiplican por 27 la potencia alergénica del polen y contaminan unas 10 veces más. También, el diésel desprende grandes cantidades de partículas relacionadas con las dificultades de respirar.

Lo cierto es que los motores diésel producen menos cantidad de CO2, pero no por ello son menos contaminantes. Todo lo contrario, ya que estos propulsores emiten una mayor cantidad de dióxido de nitrógeno (NO2) y otras partículas en suspensión.

El fracaso del actual sistema y las necesarias modificaciones

Actualmente existe un sistema llamado SIPCO (Sistema de Protección al Contribuyente del Impuesto Específico). Su aplicación es bastante compleja, pero fue implementado para que todas aquellas alzas violentas en el precio internacional de los combustibles no sea traspasada inmediatamente a los consumidores, evitando las alzas transitorias y amortiguando las permanentes sin ser un subsidio. Sin embargo, la metodología de banda de precios que se ocupa para aplicar este sistema no ha dado los resultados esperados y su uso ha sido absolutamente marginal.

CEA, solicita cambios profundos en este sistema, debido a que su actual aplicación no se condice con el fundamento original del impuesto, además de no gravar directamente el real foco de contaminación que es el diésel.

Es indudable que es un impuesto, que produce una enorme recaudación y que por ende no puede eliminarse. Sin embargo, es necesario reducir el uso del diésel, debido a su alto poder contaminante. En este sentido, gravar a todo aquel vehículo que circule o no por calles o carreteras que ocupe diésel con impuesto de 6 UTM por metro cúbico, subsidiando eso si por parte del Estado a aquellos vehículos que satisfagan necesidades básicas como el transporte público o traslado de alimentos, aplicando simultáneamente una reducción a 1.5 UTM a todos aquellos vehículos que ocupen gasolina.

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